Cada año tenemos un juego favorito que ya fue anunciado y que esperamos y esperamos hasta que finalmente como niños en noche de navidad (o de santos reyes) podemos sentir esa emoción de recibirlo y por fin jugarlo con una enorme sonrisa hasta el cansancio. Bueno dejenme decirles que desde su anuncio para consolas, el año pasado, The Binding of Isaac: Rebirth se convirtió en mi juego más esperado.
Esto se debió a que mi número de horas jugadas en el original The Binding of Isaac en Steam ascendía a más 100 horas de juego, aun así, no sentía que jugarlo en PC fuera lo mejor, es por esto que tenerlo en consolas es algo que me hizo increíblemente feliz.
Ficha Técnica.
Título: The Binding of Isaac: Rebirth
Desarrolla: Nicalis
Distribuye: Sony (PS4 y PS vita) y Steam (PC, Linux, Mac).
Plataformas: PlayStation 4, PS Vita, PC y Mac.
Fecha de Salida: 4 de Noviembre de 2014
Edmund McMillen, creador del juego y co creador del retador Super Meat Boy, intento que su juego llegará originalmente a las consolas de Nintendo, cosa que al final no consiguió pues Nintendo considero que su juego tenía material indecente para sus consolas (aunque tal parece que finalmente llegará) ¿pero de que se quejaba Nintendo?
La historia en The Binding of Isaac: Rebirth se mantiene intacta de su versión original, en donde una madre obesa, fanática religiosa y que mira el canal cristiano las 24 horas del día recibe un llamado del mismísimo dios, quién le pide que para aceptar a dios en toda su gloria y liberar a su hijo único del pecado deberá asesinarlo con sus propias manos. Tal parece que estos temas evitaron su llegada a Nintendo pero me alegra encontrar que la historia y referencias religiosas se mantienen intacta en las consolas de Sony.
Por supuesto Isaac, el hijo único, no se quedaría de brazos cruzados y aceptaría su cruel destino, por lo que escapa a su ático, que sin saberlo es un calabozo gigante por donde deberemos abrirnos paso por medio de lagrimas, sí por extraño que suene las lagrimas de Isaac servirán como proyectiles para acabar con los bizarros enemigos.
No diré más sobre como se desarrolla la historia para evitar spoilers pero no esperen algo concreto, el juego tiene más de 10 finales distintos y Edmund McMillen ha mencionado que dichos finales pueden sentirse algo vagos o no, dependiendo del jugador, pues quería hacer algo similar con la forma de leer los versículos de la biblia, ya sea dependiendo de tu estado de animo o la propia persona en sí.
El juego fue planeado teniendo como base el original The Legend of Zelda para NES, en especifico las secciones de calabozos, estos elementos se siguen manteniendo: la vista aérea, el estilo de exploración del mapa, los secretos, el item propio del calabozo y finalmente el jefe final. Sin embargo en el juego original Link podía disparar su espada si tenía los corazones llenos, aquí la mecánica de batalla es más similar a un shooter que como había mencionado los proyectiles serán las lagrimas.
Pero se preguntarán, bueno pues ¿que es lo que lo hace un juego tan adictivo, como todo mundo dice? aquí entra en juego el factor de power-ups, casi podríamos decir que la mecánica más interesante del juego es la manera en que tus disparos van a cambiar a lo largo de todo el juego, podrás tener doble disparo, tener un multiplicador de daño por 5, lanzar rayos, dejar un rastro de sangre que hace daño y no sólo tus disparos, Isaac podrá obtener mayor salud, moverse más rápido, volar, tener un escudo, tener un poder especial o un acompañante, etc.
Estos power ups pueden cambiar radicalmente la manera en que juegas ya sea de manera positiva o negativas (también hay items con desventajas) y el total de diversos items que alteran a Isaac asciende a cerca de 500 e incluso los efectos se combinan entre ellos creando combinaciones muy interesantes, tanto así que el juego tiene un modo de juego de desafíos para que juegues con una combinación especifica.
Las partidas no te llevarán más de 30 minutos, ofreciendo un estilo arcade pero aquí es donde entra uno de los aspectos más importantes del juego, cada que juegues tanto el escenario, enemigos, secretos, power ups, mapa y jefes finales se acomodarán al azar, en palabras del propio Edmund McMillen la probabilidad de que te toque una partida igual es de 1 entre millones de posibilidades. ¿te encanto una partida? solo pausa el juego y busca el código SEED, este código replicará dicha combinación de elementos para generar la misma partida y así volverla a jugar o compartirla con un amigo.
¿Que consigues al terminar el juego? no sólo te llena de satisfacción pues el juego puede ser realmente difícil, sino que probablemente desbloquearas nuevos power ups y secretos para el juego como personajes, escenarios y enemigos. Incluso no será necesario terminarlo sino completar una serie de eventos que por lo general lograras sin que lo notes. Por lo que estarás tratando de terminar el juego una y otra vez sólo para ver que nuevo power up acabas de desbloquear y cuales te tocarán usar en tu próxima partda, The Binding of Isaac: Rebirth se convierte facílmente en uno de los juegos con mayor valor de rejugabilidad que tenemos en está generación.
A todo esto podemos sumarle que en cualquier momento un segundo jugador se puede unir de manera local en la versión de PS4 y en lo personal es uno de mis agregados favoritos, para aquellos veteranos les puedo decir que jugar de está manera no hace el juego más fácil pero si lo hace justo y básicamente compartir está gran experiencia de juego con otra persona lo hace muchísimo más divertido.
Por otro lado, ya podemos jugar en la versión de PS4, subir tus archivo a la nube y descargarlo en tu PS Vita, para seguir jugando de manera portátil y viceversa. En PS4 el juego luce muy bien pero considero que la versión de PS Vita luce mejor y más nítido.
Edmund McMillen creo el juego original en tan sólo tres meses y nunca le termino por convencer el estilo gráfico que uso, un tanto similar a dibujos animados muy retorcidos. Al ser un tributo a las mecánicas de The Legend of Zelda, el juego debería tener un estilo más pixel art y es por esto mismo que para está reedición McMillen finalmente pudo hacer lo que siempre había planeado y el resultado nos evoca al estilo gráfico de los juegos de Super Nintendo o Game Boy Advance.
Las animaciones lucen excelentes, la manera en que llevaron a los extraños personajes de McMillen a sprites de pixel art está muy bien lograda y mantienen el carisma, algunos de ellos incluso tienen mayor detalle que los de la versión original.
Comparación entre la versión original y Rebirth
Los escenarios, a diferencia del juego original, rebosan de detalles, ya sea por las sombras, las luces dinamicas como al ocurrir una explosión, el moho, pequeñas piedras, agua corriendo y hasta insectos hacen los escenarios mucho más interesantes y que no se sientan tan vacios, también encontraremos un mayor número de ambientes que los del juego original.
Eso sí el estilo de arte sigue siendo el mismo, ese estilo tan peculiar de Edmund en donde mezcla un estilo cartoon cute en elementos muy escatológicos, sólo vean las imágenes, para poder mejorar a Isaac, en cuanto a desempeño, su cuerpo tendrá mutilaciones y modificaciones muy extrañas, así como los enemigos que pueden ser desde extraños niños malformados, enemigos que escupen moscas o un jefe que se saca los ojos y ataca con ellos, sin mencionar que lanza orina peligrosa.
Me inclino a pensar que el estilo de arte pueden incomodar a los jugadores que no conocen el trabajo de Edmund McMillen, pero sus mecánicas son lo suficientemente solidas para seguir jugando y jugando.
Tengo que revelar que a pesar de que el soundtrack del juego es muy oscuro y te mantiene envuelto en el ambiente, siempre he preferido jugar este título escuchando mi música favorita, es una práctica que me acostumbre en las largas sesiones del original en PC y por lo mismo es una lastima que el juego no permita esto en consolas.
Eso si los efectos de sonido son casi mágicos, desconozco el por qué, pero escuchar cada lagrima golpeando al enemigo o cuando estos truenan o te disparan, suena muy bien y nunca enfadan, son sonidos muy orgánicos, lo compararía a la sensación en sonido de meter la mano dentro de un costal de arroz y mover los dedos.
Al final de cuentas The Binding of Isaac: Rebirth es una excelente nueva versión del juego que nos volvió adictos en el 2011, tiene tanto contenido que hace que tanto The Binding of Isaac como su expansión The Wrath of Lamb se sienta como una versión beta a lo que vendría a convertirse Rebirth.
Si nunca jugaron el original está seria la mejor manera de entrar al retorcido juego de McMillen, personalmente se ha convertido en uno de mis juegos favoritos de todos los tiempos, de esos que vas a tener gratos recuerdos en un futuro y al que puedes regresar en cualquier momento sin miedo a que envejezca, así como un excelente inicio al género de rogue-like.
Y no soy el único que lo dice sólo basta ver los comentarios y reseñas tan positivas en sitios como Metacritic o la propia Steam en donde menciona que los análisis de los usuarios son extremadamente positivos con un 96% de calificaciones excelentes.
Es por esto que su calificación es:
- Lo bueno: Su valor de rejugabilidad es descomunal y conseguir el 100% podría ser algo que lleve meses y meses.
- Lo malo: Su etiqueta de juego «indie» y curiosa linea de arte puede alejar a muchos jugadores.
- Lo feo: En la versión de consola no dice cuantas horas de juego llevas acumuladas.
[Un juego «excelente» es aquél en donde sus virtudes sobrepasan por mucho sus debilidades y que son una experiencia casi obligada a jugar. Una recomendación a todas luces.]
Esta reseña se realizo a partir de la versión de PS4 y PS Vita.