Si no hemos escuchado mucho de Dying Light 2 en algún tiempo es porque, aseguran algunas fuentes, el juego no tiene pies ni cabeza.
Dying Light 2 fue anunciado en el E3 de 2018 y un año después se reveló el primer demo de gameplay en el evento, pero desde entonces y aún siendo que se esperaba saliera a la venta a inicios de 2020, todo parece indicar que necesitará algún tiempo más de desarrollo… a menos que implote bajo su propio peso.
Reporta el sitio The Gamer que un puñado de trabajadores dentro de Techland, desarrolladores del juego, les han revelado la realidad dentro del estudio: mala administración, personal que abandona el barco y falta de dirección.
Muchos de los problemas parecen derivarse del involucramiento directo del presidente operativo del studio, Pawel Marchewka, pues según cuentan las fuentes se está encargando, conscientemente o no, de orillar al personal a dejar la compañía.
La influencia de Marchewka está en todos los niveles del juego, pues para quienes quieran proponer alguna mecánica o elemento para mejorar o incluir en el juego debe presentarlas con referencias directas a otros juegos para después integrarlas exactamente como están en esos otros títulos. Esto hace que quienes tengan ideas frescas o con una perspectiva un tanto distinta a como se habían visto en otros juegos se sientan despreciados. Incluso aquellos que presentan ideas con referencias directas a otros títulos, deben tenerlas en juegos que sean familiares a Marchewka.
Otro detalle que ha impedido el avance del juego es que Pawel depende mucho de consultores externos y que, además, les tiene más confianza que a sus productores y trabajadores internos.
Debido a esto es que el studio presenta una rotación de personal inusualmente elevada, pues en todos los niveles de producción hay personas que no pueden hacer su trabajo e implementar ideas por muy buenas que sean si no vienen de otro lado y son aprobadas por consultores externos.
Por último esto ha llevado a que la dirección del juego cambie constantemente, obedeciendo los caprichos de Marchewka y no un plan de desarrollo o una visión clara de lo que Dying Light 2 quiere ser.