Hace mucho que no escuchábamos nada de la película de BioShock y hoy, Ken Levine nos aclara la razón del por qué: El proyecto está más muerto que la reputación de George Lucas.
Según Levine, esto fue porque Universal se dio cuenta que después de la recepción en taquilla de Watchmen, el volver a presupuestar $200 millones de dólares para una película de BioShock no sería lo mejor. De hecho Universal no se negó de buenas a primeras, simplemente les dio la opción de abandonar el proyecto o hacer que el mismo funcionara con $80 millones.
Gore Verbinski, director de la saga de Piratas del Caribe, no quiso tener que decidir y se retiró el proyecto poco después.
“Entonces fue cuando trajeron otro director,” explicó Levine durante una plática durante los premios BAFTA, “y 2K es una de esas compañías que le tiene mucha confianza a la capacidad creativa de la gente de manera tal que me dejaron al decisión a mi: Si quería matar el proyecto, debía hacerlo yo. Y así sucedió.”
“El problema es que debíamos comprometernos con muchas cosas y fue una de esas ocasiones en donde ya tenía todo pensado y el mundo existía de una forma en específico y, sino se podía hacer de esa manera, no creo que se habría podido hacer de algún otro modo.”
Pero no todo está perdido, asegura Levine que “quizá suceda algún día, uno nunca sabe; pero sería cuestión de tener a la combinación correcta de talentos para llevarlo a cabo.”