La Sociedad Mexicana de Productores de Fonogramas, Videogramas y Multimedia, S.G.C (integrada por Warner, Sony, Universal BMG, EMI, Musart, Disa, y otros) que vendrían siendo algo así como la SGAE (de españa) a la mexicana, han llegado a cobrar las regalías “que les corresponden” por el uso y comunicación pública de sus fonogramas en cualquier tipo de establecimiento comercial que se encuentre al servicio del público en general.
Somexfon pretende cobrarle el uso de canciones a establecimientos como restaurantes, gimnasios (incluyendo a los instructores que ponen la música), bares, hoteles, centros comerciales (la música de ambiente), hospitales, escuelas de baile, autobuses de pasajeros y servicios de transporte urbano (al conductor se le cobra la música que se escucha en el vehículo), salones de fiesta, entre otros.
En otras palabras, casi nos quieren cobrar por escuchar y en el baño de tu casa a todo volumen tu canción favorita.
Yo no se ustedes, pero al juicio de un ciudadano común es un reverenda estupidez, el imponer casi como si fuera un impuesto algo tan común y socialmente aceptado como lo es la difusión de la cultura musical o el uso de la música como simple ambientación en un lugar público y sin ánimo de lucro.