Nintendo ha demandado a los creadores del emulador Yuzu por piratear The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom.
Según reporta Stephen Totilo, Nintendo ha demandado a Tropic Haze, compañía desarrolladora del emulador Yuzu, en la corte del estado de Rhode Island además de a un individuo conocido como Bunnei que ha servido como el líder de desarrollo de dicho software.
NEW: Nintendo is suing the creators of popular Switch emulator Yuzu, saying their tech illegally circumvents Nintendo’s software encryption and facilitates piracy.
Seeks damages for alleged violations and a shutdown of the emulator. pic.twitter.com/SGZVI6Cs0x— Stephen Totilo (@stephentotilo) February 27, 2024
La base detrás de esta demanda es que, de acuerdo a Nintendo, Yuzu ejecuta códigos que rompen las medidas de seguridad impuestas por la compañía, incluyendo claves de producto ilegalmente obtenidas, con lo cual pueden ejecutar juegos de Switch en el emulador.
Otro punto importante en esta demanda es que Nintendo parece estar buscando a quién pisotear ya que días antes del estreno oficial de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, cuando las imágenes del juego fueron diseminadas en el internet, por lo general la gente apuntaba hacia Yuzu como la mejor manera de poder emular el juego. En ocasiones mencionadas directamente en los enlaces de descarga o descripción dentro de los trackers de bittorrent.
Adicionalmente Nintendo dice que, de acuerdo a los mismos números publicados por Yuzu en su página de Patreon, Tropic Haze recibe unos $30 mil dólares la mes de más de 7 mil patrocinadores y que la compañía ha obtenido al menos $50 mil dólares en descargas pagadas, además que su número de patrocinadores se duplicó entre el 1 y 12 de Mayo de 2023, cuando se empezaron a distribuir las copias filtradas de Tears of the Kingdom.
Directamente Nintendo pide a la corte que detengan el desarrollo del emulador, además de pagos por daños generados. Por otro lado, el desarrollo de Emuladores y el uso de los mismos no necesariamente son un delito, pero el desenlace de este peculiar caso sigue en el aire.
