En un movimiento que muchos nos preguntamos por qué no había sucedido antes, Girls Who Code se distancia de Activision Blizzard.
Habrá más de uno que no conozca Girls Who Code, una organización sin fines de lucro que se especializa en enseñar ciencia computacional a mujeres de grupos marginados y que históricamente se ha aliado con empresas para darles a estos sectores de la sociedad una oportunidad de trabajo y que puedan prosperar.
Una vez leído esto es fácil ver por qué la organización se ha distanciado de Activision Blizzard quienes además de tener meses bajo la lupa por discriminación racial y sexual, inequidad salarial, abuso y violencia sexual, acaba de recibir otro golpe cuando se dio a conocer que su presidente operativo, Bobby Kotick, no solo tenía conocimiento de estas situaciones sino que también solapaba y protegía a quienes propiciaban estas situaciones.
Girls Who Code anunciaron su deslindamiento de la compañía asegurando que los valores centrales de la organización están completamente desalineados con Activision y que no pueden seguir trabajando con el studio y publisher después de lo que se ha revelado recientemente.
La organización dice que al momento de elegir sus alianzas saben que la industria muchas veces es poco receptiva de las comunidades que están intentando ayudar y es por ello que trabajan con las compañías que están dispuestos a tener las difíciles discusiones de cómo los problemas del sexismo sistémico, racismo, discriminación y acoso han impactado sus prácticas y cultura organizacional. Aún así, la línea de qué tanto se puede permitir existe y Activision Blizzard ha cruzado el límite.