De la mente de Yoko Taro, Voice of Cards: The Isle Dragon Roars nos transporta a un mundo narrado de una forma muy particular, ¿acaso será un nueva nueva forma de contar y presentar historias de juegos de rol?
Título: The Voice of Cards: The Isle Dragon Roars
Desarrolla: Alim
Distribuye: Square Enix
Fecha de salida: 28 de Octubre de 2021
Plataformas: PlayStation 4, Nintendo Switch [Versión Reseñada], Microsoft Windows.
Nos adentramos a un mundo en donde la magia y los monstruos van de la mano. La leyenda de un gran dragón desolando todo a su paso ha llegado a los oídos de todo aquel que quiere convertirse en el héroe que ha acabado con la amenaza y, por supuesto, el gran botín que se le dará a aquel que lo logre.
Nuestro personaje, sin mas, es solo un chico que todos lo miran por encima del hombro, quien junto con su fiel monstruo, Zafir, se encamina a una aventura que nadie daría una sola moneda de bronce.
La historia es contada a través de un juego de mesa donde no hay voces, solo efectos especiales o movimientos un poco infantiles de los que uno recuerda si es que llegó a jugar con sus figuras de acción hace ya mucho tiempo. Puede que al principio estemos un poco escépticos en cuanto a cómo se logrará comunicarse el mensaje de todo lo que llegase a suceder; y es así, en los primeros actos del juego, uno todavía logra convencerse que esto sea una forma no infantil de comunicación. Pero a lo largo del «viaje» uno logra adaptarse a la forma en que nos relatan la historia.
A lo largo de el viaje nos enfrentaremos a enemigos que puede no mostraran sus intenciones, aliados que llegan a sentirse de lo mas aleatorio para añadirse nuestras filas, pero siempre bienvenidos; y que solo aportan un granito de arena o son relevantes en el arco que los conocemos.
Como bien me advirtieron uno no está listo para el final, o no se espera como se desenvuelva así. El último acto del juego nos deja con un hambre de más, de que termine dentro de 10 horas más, de mínimo, o mejor dicho uno no espera que sea lo último, de no ser por las advertencias que nos presenta el mismo.
Siendo fan de los juegos de cartas creo que la idea de jugar un RPG por medio de estas me vendió la idea completamente.
El mundo se presenta como un juego de mesa en el que tendremos que desplazarnos con una pieza como de ajedrez, moviéndonos de a carta por carta con enfrentamientos contra enemigos al azar y ciertas oportunidades de transportarnos (si el mapa lo permite) de manera rápida a cartas ya descubiertas para un transporte más rápido y evitar así los enfrentamientos aleatorios.
Las batallas están conformadas por un máximo de 6 personajes (3v3). Nuestros personajes tendrán sus propias habilidades únicas permitiendo usar diferentes estrategias, concentrar toda nuestra estrategia en un solo personaje o un ataque combinado para mas variedad.
La corta duración del juego deja en claro que el modo de combate puede llegar a ser demasiado fácil o, como en mi caso, ser cansado al encontrar una estrategia ganadora para todo el juego. La idea está ahí, las cartas suben de nivel y pueden intercambiar sus ataques, adquirir más habilidades pasivas que ayudarán en todo momento al estar en combate o conseguir mejor equipo que se podrá cambiar antes de cada batalla.
Los combates parecen basarse en golpeará primero para dejar a los personajes enemigos «tocados» dejar un último ataque sea la cereza en el pastel. Esto llega a ser muy repetitivo y el juego en lugar de hacer esto un poco más difícil con mejor inteligencia artificial, lo que hace es presentarnos con enemigos que solo consiguen frustrar con movimientos que impiden atacar o con defensa muy alta, sólo para alargar el combate pero no presentan mayor reto para vencerlos.
De haber profundizado un poco más en cuanto al desarrollo del combate, enemigos, habilidades y equipamiento, Voice of Cards hubiera podido sobresalir entre el mar de RPG. Pero se confirma con combinar un juego de cartas con un poco de D&D poniéndote a rezar por buenas tiradas; puedo decir que eso es lo que más me agradó el juego, que lo aleatorio le añadió algo inesperado y que además siempre provocaba gritos internos al mirar una tirada de 1 en algún momento crítico.
Tratándose de un juego de cartas los efectos especiales no son el punto fuerte sino las ilustraciones, las cuales vienen de la mano de Kimihiko Fujisaka. En ellas nos muestran, sin decir nada, un poco de cómo es la personalidad del personaje. Como no hay diálogos, la comunicación visual es crucial y se convierte en una de las cosas que más se espera es cómo serán los próximos personajes y sus diseños, los cuáles no decepcionan en lo absoluto.
Desde el primer momento que nos presentan Voice of Cards podrán escuchar el tema principal del juego y con esa primera impresión no extraña que el aspecto sonoro opaque en gran medida a todo lo demás, motivo por el cual al principio del juego nos recomiendan dejar la voz del narrador lo más claro y alta posible para escuchar el mensaje de toda la historia justo como fue pensado.
Voice Of Cards The Isle Dragon Roars es un juego con demasiado potencial, con mucha atención al aspecto visual y sonoro, pero siento que debido a esto se le prestó menos atención al modo de juego, a la profundidad de la historia, a los personajes y el desarrollo de estos a lo largo del viaje. Es muy valiente al venir con una presentación de juego de cartas y aunque el juego se queda corto en varios aspectos, se le aplaude por intentar algo distinto en el segmento de juegos de rol lleno de franquicias gigantes.
Lo Bueno: Excelente presentación visual y sonora.
Lo Malo: Parece que va a durar más, pero termina muy abruptamente con un final muy caótico.
Lo Peor: Las batallas se tornan tediosas y molestas en vez de ser desafiantes.
[Un juego «regular» no sobresale de entre la multitud pero puede dársele una oportunidad a pesar de sus múltiples errores y puede resultar agradable para los fanáticos de la franquicia o del género]