Existen juegos que intentan transmitir un mensaje o historia a través de diálogos y videos, que en ciertos casos no llegan a lograrlo, y en ocasiones tendremos la suerte de encontrar unos que, sin texto o videos, nos transmiten más en poco tiempo.
The Gardens Between nos lleva a evocar los tiempos de nuestra niñez y amistades a través de las aventuras de un par de amigos, haciendo énfasis total en lo que significa la nostalgia de reencontrarte con alguien y embarcarte en búsqueda de tiempos y momentos que vivieron y quedan ahí en un océano de recuerdos.
Ficha técnica
Título: The Gardens Between
Desarrolla: The Voxel Agents
Distribuida: The Voxel Agents
Plataformas: PC, MAC, Linux, PlayStation 4, Switch (Versión reseñada)
En The Gardens Between tomamos el papel de Arina y Frendt, dos mejores amigos que viven en casas contiguas desde que la familia de Arina se mudó a ese vecindario.
Empezamos con el par de niños dentro de una casa de árbol que se encuentra en un jardín ubicado entre ambas casas, de repente una luz los alcanza y son transportados a un océano con grupos de islas donde Arina deberá transportar esa luz hacia la cima para empezar a recordar cada una de las aventuras que han tenido juntos visto a través de flashbacks.
Cada recuerdo está conformado por 2 a 3 islas, con un fragmento del recuerdo en cada una y al pasar un grupo de éstas se abre una constelación que nos da acceso al recuerdo completo; se debe aclarar que a medida que se completa una isla ingresamos de manera inmediata a la siguiente y no podremos avanzar más allá de la última isla a la que hemos llegado, pero podremos regresar a las anteriores las veces que deseemos.
Esto no cambia nada la trama o los acertijos dejando la rejugabilidad en algo inexistente pero es una historia corta y compacta que llega a durar un par de horas como máximo, sin embargo el mensaje que transmite es claro a pesar de desarrollarse en partes y antes de terminar es fácil adivinar hacia dónde se dirige y en dónde terminará todo.
Este par de detalles, su duración y que llegue a ser predecible, podría llegar a molestar y en lo personal me hubiese gustado más islas con más puzzles por resolver pero el contexto del momento en que transcurre la historia nos deja claro el por qué de su duración.
Un gran acierto del juego es mantener todo lo más minimalista posible, solo tendremos a nuestra disposición 3 acciones básicas; con el stick hacia la derecha adelantamos el tiempo, con lo que lograremos que nuestros protagonistas avancen, debemos tener en cuenta que no controlamos directamente a Arina y Frendt.
Lo que lograremos con hacer avanzar o retroceder en el tiempo es lograr que caminen hacia adelante pasando por caminos preestablecidos; con el stick a la izquierda retrocedemos en el tiempo, lo que hará que el par de niños regresen en sus pasos; con estas dos acciones tendremos que interactuar indirectamente con los objetos en el escenario para abrir nuevas rutas o quitar obstáculos que nos permitan avanzar.
Por ejemplo, si al avanzar el tiempo logramos detener una gota entre cables eléctricos, al no avanzar el tiempo esta genera un corto eléctrico que puede encender luces o explotar obstáculos y abrir nuevos caminos, por lo que deberemos estar muy atentos a todo lo que está en el escenario para poder terminar con éxito.
Por último con un botón de acción y en lugares específicos de la isla podremos hacer 2 tipos de acciones, Arina podrá dejar y después recoger la linterna de unos cubos que brincan por el escenario, a medida que el tiempo avanza y retrocede mientras que Frendt podrá tocar unas campanas para abrir y cerrar unas flores que nos dar acceso a la luz, así como usar objetos que realizarán acciones mientras el tiempo avanza o retrocede.
Todo esto en conjunto genera una serie de puzzles a resolver que pueden llegar a presentar un desafío no muy grande pero sí lo suficientemente retador para sentir una satisfacción al resolverlos.
El soundtrack del juego fue compuesto por Tim Shiel, cada melodía acierta de manera sublime a cada ambientación, nos da la sensación de estar en un sueño lúdico que se complementa perfectamente con lo abstracto de cada isla.
The Gardens Between no usa voces ni textos para transmitir un mensaje, todo es a través de la vista y el oído.
Al inicio del juego parecerá que escuchamos un fragmento repetido de una melodía pero a medida que vayamos avanzando en el juego se incorporan otros instrumentos, esto nos da la noción de que a medida que avanzamos también influimos en ello. Pero está planeado de esta manera.
Los efectos de sonido también están bien logrados y debemos estar al pendiente ya que más de alguno podría ser una pista para solucionar parte del puzzle que estemos resolviendo.
El OST del juego está por recibir un lanzamiento en físico, mediante un disco de Vinil en algún momento del 2019; una gran opción para los amantes de este tipo de melodías.
Dicen que el amor entra por la vista y no puedo estar más de acuerdo, desde el momento que el juego se nos presenta lo hace con un estilo minimalista pero cuidando con mimo los detalles.
The Gardens Between es un juego que seguirá luciendo muy bien en muchos años más, el diseño de cada isla nos da la idea de estar frente a un diorama o libros pop-up surrealista con los elementos de cada recuerdo flotando alrededor nuestro, con colores vivos y marcados que nos invita a dejar el control y disfrutar el escenario recreado para el escenario en turno. El diseño de las constelaciones y cómo encajan al presentar los recuerdos están realizados de manera magistral, un apartado que solo se aprecia mejor mientras se juega.
[Un juego “excelente” es aquél en donde sus virtudes sobrepasan por mucho sus debilidades y que son una experiencia casi obligada a jugar. Una recomendación a todas luces.
Esta reseña fue elaborada por @el_cut]
Lo bueno
– Una historia sencilla pero concisa, con una gran narrativa.
– Un OST maravilloso.
– Ingenioso uso del tiempo para resolución de puzzles.
Lo malo
– Su corta duración.
¿Porqué no…?
– Agregar más islas para alargar la duración del juego.