Al parecer John Ryan McLaughlin, ahora ex-piloto de la Marina estadounidense, está intentando llevar a Bethesda a las cortes, pues asegura él que al jugar The Elder Scrolls IV: Oblivion sufrió un gran ataque epiléptico que terminó dandole fin a su carrera naval.
Según John, este es el primer ataque que ha sufrido y asegura la demanda que Oblivion “fue diseñado de manera tal que excede los límites aceptables de tres flashes por segundo […] estos riesgos no fueron advertidos ni al demandante ni a ningún otro consumidor ordinario antes de la compra [del juego].” La demanda de McLaughlin busca recompensación económica por negligencia, violación de garantías y falta de responsabilidad de parte del desarrollador.
No quiero hacerme pasar como experto en cuestiones médicas, pero casi puedo apostar que lo que sufrió el señor McLaughlin fue una explosión seminal severa y súbita tras ver el trailer de Skyrim. Vamos, John, todos la sufrimos.
[vía|CourtHouseNewsService]
