Corres sobre el techo un alto edificio y, al llegar a la corniza, saltas con todas tus fuerzas hacia la siguiente edificación. Casi caes al vacío, pero un rápido agarre al filo del edificio logra salvarte. Te levantas. Comienzas de nuevo tu carrera y, sin deterte, te deslizas bajo un conducto de aire acondicionado; sin aminorar la marcha te reincorporas sólo para saltar sobre una pared y apoyarte en la misma para llegar a un nivel más alto.
Te espera una pequeña tubería por la cual deberás hacer equilibrio para seguir adelante. Poco después, te deslizas por un cable hacia un edificio de menor altura sólo para dejarte caer a medio camino sobre un colchón, sigues corriendo. Siempre corriendo.
Este es un pequeño fragmento de lo que el stand de Electronics Arts mostró en el demo de Mirror’s Edge, un juego único, no sólo por su diseño sino también por su modo de juego.
La acción de Mirror’s Edge es vertiginosa gozando de una perspectiva en primera persona. Justo como pensamos debería ser el clásico de Prince of Persia. Todo el juego se basa en correr y seguir corriendo, nunca detenerte. Aunque muchos se quejen de la vista subjetiva y busquen la manera de cambiarla a una objetiva, la perspectiva en primera persona es la más adecuada para meterte en la acción.
¿Pero cómo un juego de primera persona no tiene pistolas? En realidad sí las tiene, pero usualmente estarán acompañadas de tus enemigos, a los cuales podrás desarmar y utilizarlas en su contra.
El Unreal Engine 3, utilizado para crear esta obra maestra, se luce con escenarios gigantezcos y vertiginosos donde el blanco, el naranja, azul y el rojo son omnipresentes. Los efectos de luz y sombra son espectaculares, y las partes rápidas del juego son adornadas por efectos de motion blur. Es un juego visualmente hermoso.
La animación y apariencia de los personajes son sobresalientes. Por el lado de la animación todo se siente natural y coherente, sobre todo las partes de tu propio cuerpo que alcanzas a ver en pantalla, como los brazos, piernas, manos, etc. Aunque si nos ponemos a pensar, nos daremos cuenta que muchos de esos movimientos no son naturales para el cuerpo humano, pero los diseñadores de EA se las ingeniaron para que esta incoherencia encajara perfectamente con la acción que sucede en pantalla.
En cuanto al control, este es intuitivo, con los controles para correr, saltar, agacharse o golpear en los botones L y R (Jugamos la versión de PlayStation 3), mientras que otras acciones como agarrar al enemigo, o desarmarlo, están posicionados en los botones del frente. Una cosa bastante curiosa que tiene Mirror’s Edge es la unclusión del sensor de movimiento del control SIXAXIS (del PlayStation 3), pues en las partes donde hay que hacer equilibro, utilizas dichos sensores para no caer de tubos o salientes.
Sin duda alguna el juego es una experiencia única que todos deberían experimentar, no sólo porque toma los elementos correctos de otros géneros (como los FPS y los juegos de plataformas) para crear algo nunca antes visto.