Spore [Reseña]

Will Wright quizo jugar a ser dios y dejarte en las manos de la evolución de tu propia raza. Y aunque el juego fue retrasado varias veces y bajado de tono, Spore por fin llega a nuestras manos con un juego bastante interesante y seguramente único en su género.

Como ya sabrán, Spore te pone en el papel de la evolución y te dejará hacer tus propias civilizaciones, pero no en la forma que los típicos juegosd e estrategia lo hacen. Spore lleva las cosas a un nivel diferente, cuenta con cinco etapas, cada una con un tipo de juego diferente: Bacteria, Criatura, Tribu, Civilización y Viaje Espacial.

Cada una de estas fases tiene sus peculiaridades y tendrás que construir desde tu bacteria, desarrollar tu criatura, darle un look específico a tu civilización, construir tus ciudades, artefactos de guerrra y finalmente tu nave espacial. Pero no todo es tan fácil como parece, pues cada decisión que tomes se reflejará en el juego.

Al principio se te dará la opción de ser hervívoro, carnívoro u omnívoro, lo cual como es de esperarse definirá tu dieta y últimamente tu comportamiento en las etapas de criatura en adelante. Déjenme explicarles, usualmente si eliges ser hervívoro tus tácticas serán más pacifistas, si por otro lado eres carnívoro se te facilitará ser más bélico y omnívoro te da la oportunidad de ser un poco de ambos. Aunque no necesariamente tiene que ser así, si eres hervívoro fácilmente puedes ser bélico y vice versa.

Como decía anteriormente, cada fase del juego cuenta con un estilo de juego diferente, mientras la etapa de Bacteria se presenta muy similar a como se juega fl0w, deborando plankton u otras células para ir ganando puntos de DNA, la etapa de criatura se asemeja más a un RPG en donde explorarás una isla para aliarte con otras razas o simplemente dominarlas a base de rasguñones o mordiscos. La etapa de Tribu es muy parecido a un juego de estrategia y la de civilización… pues es precisamente como la saga Civilization de Sid Meier. Quizá la etapa más flexible sea la de criatura y la etapa final del viaje interestelar, pero ninguno de las fases se caracteriza por ser demasiado profundo.

Lo que sí es profundo es el inmenso creador de objetos, o así lo podríamos denominar ya que a lo largo del juego se te permitirá no sólo crear tu propia bacteria o criatura, sino las casas donde habitarán, los vehículos, la vestimenta, los colores. La flexibilidad y las posibilidades del creador de objetos de Spore es impresionante, dejándote moldear tu civilización a como se te dé la gana. En ocasiones será tal la diversidad de elementos que se te permitira añadir a tus creaciones que terminarás eligiendo una de las que vienen por defecto para acelerar un poco las cosas.

En lo que falló Spore es en su simplicidad a veces demasiado exagerada, pero se entiende esta dilución del sistema de juego para hacerlo bastante amigable para los usuarios, lo cual se tradujo en una campaña bastante corta de apenas unas cinco o seis horas. Claro está, que si lo tuyo es andar haciendo casitas, criaturas y todo eso, encontrarás suficiente en Spore para mantenerte ocupado por bastante tiempo.

Spore con cuenta con multiplayer, pero la Sporepedia, una librería en línea donde puedes compartir tus creaciones abre un catálogo prácticamente interminable de creaciones preconstruidas que podrás utilizar en tus planetas.

Sin duda alguna, Spore es único y pasará tiempo para que algún juego se asemeje y aunque nos habría gustado un poco más de profundidad en el sistema de juego ( que se asemejara a la profundidad del creador de objetos ) el juego cumple y te sorprenderá con sus algoritmos de animación que darán vida a cada una de tus creaciones.

Calificación lángara: 8/10