Rambo, reseña

Acabando de llegar de la sala, no puedo decir mas que estoy satisfecho con la película. Si bien sigue siendo rambo, no es «tan rambo» como en las anteriores.

Todos conocemos a John Ramno, el hombre que puede hacerse pasar por un ejército, ese quien en ocaciones desesperadas, la milicia contrata para resolver sus problemas. Digo, pudiendo derribar un helicóptero con una flecha, puede hacer lo que sea.

La cuarta instancia de Rambo, titulada al menos aquí como Rambo : Regreso al Infierno es una película que cumple con su cometido: traer de vuelta a John Rambo de su tumba y hacerlo por vez última.

La película comienza explicando qué sucede en Birmania, uan tierra dividida por la milicia y en una constante y cruel guerra civil que parece nunca va terminar. Después de esto, se presenta cómo Rambo sigue vivo y vive de atrapar animales y venderlos en una aldea de Tailandia.

A su vez, un grupo de misioneros cristianos que van a las tierras de Birmania a ayudar a las aldeas de ahí, brindándoles servicios médicos, medicamentos y llevando a ellos la palabra de Dios. La cosa se pone feo cuando los guerrilleros llegan y prácticamente tiran a balazos dicha aldea.

Sí lo sé, quizá no sea una historia digna del Óscar, pero de seguro da el pretexto suficiente para hacer que Johnny vuelva a la acción al darse cuenta que por más que se esconda, seguirá siendo él y sus áctos lo atormentarán para siempre.

Lo que más resalta es sin duda la sangre y la desmesura de las escenas violentas, claro, en rambo debe haber muchas balas, muchas muertes y mucha sangre. Pero Rambo lo hace con un nivel de crueldad que pocas veces he visto en películas de acción. En ocaciones sientes que la sangre te va manchar la cara, o que las partes de los cuerpos que vuelan por todos lados te golpearán de frente.

Se agradece bastante que el tono de «One Man Army» o Ejército de un solo hombre se haya diluído un poco ahora, que aunque John sigue siendo el desgraciado de siempre, no está sólo esta vez, sino que un grupo de mercenarios – o como les nombramos nosotros, de malotes – estarán de su lado para incursionar y salvar a los misioneros.

Las escenas de disparos, explosiones y la acción insesante harán que los 92 minutos que dura la película se te pasen como agua y de repente te encuentres con la escena final sin más ni más.

No será la película del año, pero como dije anteriormente, cumple con los requisitos para ser un Rambo: Balas, explosiones Y muertes.